Corrí y corrí sin rumbo hasta que mis pulmones y ojos me ardían ya que estaba lloviendo un poco, algo raro en New York y más a comienzos de verano, me percate de que estaba cerca del cementerio y decidí entrar a visitar a mí… hermano.
Camine hasta su lapida y me arrodille sobre esta.
En memoria de Justin Hudson
Hermano, hijo y amigo
1991 -2010
Lágrimas rebeldes empezaron a brotar de mis ojos mientras solo me limitaba a mirar fijamente a la lapida.
-Porque lo hiciste.- Pregunte entre sollozos, después bufe ante semejante estupidez.- Como si pudieras escucharme.- Dije irónicamente.- Te extraño tanto.- Dije completamente destrozada.
En eso, un fuerte viento me azoto y empecé a estremecerme del frío, un papel quedo atrapado sobre la lapida de Justin y lo tome para que quedara de nuevo perfecta, me exalte al leer lo que decía.
“Sé Feliz Por Mí”
Mire a los lados para ver de dónde había salido y no había nada ni nadie a mi alrededor, me levante del suelo de un salto y me limpie el jean.
-Lo haré por ti.- Dije decidida mientras me secaba las lágrimas, me di la vuelta y empecé a caminar de vuelta a casa.
En cuanto entre me percate de que mis padres permanecían esperándome sentados en la sala.
-En dónde estabas.- Empezó a preguntar mi mama.
-En el cementerio.- Dije por lo bajo.
-Estábamos preocupados por ti, mírate nada más.- Dijo mirándome arriba abajo.
-Mama, estoy bien, les quiero decir que… si iré a Roma.- Ellos sonrieron triunfantes.
-Genial, sales en una semana.
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