Cuando llegamos quede boca abierta al ver tanta hermosura, era antiguo, pero me encantaba lo antiguo, -Gracias Justin-, pensé nostálgica.
Iba sumergida en mis pensamientos mientras caminaba hacia la entrada cuando el mismo chico del autobús empezó a caminar junto a mí.
-Soy Mathew.- Se presento sonriendo, asentí.- Cual es tú nombre.- Pregunto curioso.
-Juliet.- Me limite a decir.
-Eres de Estados Unidos, de eso no cabe duda.- Me reí.
-Y tú eres de Inglaterra, por el acento.- Él asintió.
-Soy de New York y tú.
-Manchester.- Dijo sonriendo.
-Genial…- Los dos reímos.
-Me sé esto de memoria, quieres que te guie a algún lado.- Se ofreció esperanzado.
-Dormitorio… 200.
-Queda un poco lejos así que… déjame ayudarte.- Dijo arrebatándome la maleta de la mano.
-Gracias.- Sonreí tímidamente.
Pasamos hablando por todo el camino, era muy agradable, además de atractivo sin duda, pero eso era lo de menos, venía aquí por mi hermano y por la música, nada más.
-Aquí es.- Anuncio deteniéndose frente a una puerta que decía 200.
-Gracias de nuevo.- Dije sonriendo.
-De nada, nos volveremos a ver Juliet.- Pregunto esperanzado.
-Claro, tenlo por seguro.- Reí.
-Adiós me lady.- Me dio un beso en la mejilla y se marcho.
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