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Sinopsis

Juliet Hudson (Ashley Greene), tras la muerte de su querido hermano Justin (Graham Wardle), deja de ser la misma, no come bien, duerme y lo peor, no quiere cantar, pero lo que ella no sabía, era que su hermano antes del accidente, había enviado un video a Roma, donde se encuentra un lugar de verano para apasionados de la música, la aceptan y al principio no quiere ir, pero luego sus padres la convencen y decide ir, conocerá a personas de otros países, hasta conocerá el poder del amor, ¿Podrá Juliet, dejar el pasado atrás y seguir su vida? O cargara con el recuerdo de su hermano para siempre.

lunes, 22 de noviembre de 2010

One Shoot - A christmas wish


En vez de publicar un episodio, les traigo un one shoot echo por mi, espero que les gusten y COMENTEN!! please!! :)

Unas leves sacudidas me hicieron abrir los ojos completamente irritada, mi familia sabía que odiaba cuando me despertaban y más, de esa manera.

-¡Mamá dice que despiertes, quiere que le ayudes con la fiesta de esta noche!- Dijo mi fastidiosa hermana Mallory, me senté sobre la cama y la fulmine con la mirada.

-Esfúmate.- Gruñí irritada, me saco la lengua y se marcho, resople.

Me levante a regañadientes de la cama, me fui al baño a lavar los dientes y darme una ducha para terminar de despertarme, me vestí con una blusa amarilla, un cardigán gris con unos jeans y unas bailarinas amarillas, arregle mi cabello y baje las escaleras.

-Miriam, hazme un favor… ve al supermercado y traes esto.- Me ordeno mi mama mientras me daba una gran lista, la mire con los ojos abiertos como platos.

-Mama, estás loca, terminare la próxima navidad.- Replique exaltada.

-No seas exagerada, hazlo y punto.- Me atajo, bufe.

-Pero… es Nochebuena.- Enarco una ceja, eso significaba que me tenía que rendir.- Esta bien, lo haré.- Rezongue poniendo los ojos en blanco.

-Toma, quiero todo lo de la lista.- Me recordó lanzándome las llaves del auto, las tome sin problemas, me puse mi abrigo y salí de la casa.

Conduje al supermercado, aparque el auto, baje y camine hacia adentro con cuidado para no resbalar sobre el hielo.

Ya adentro, comencé a buscar todo lo de la lista, estaba fastidiada ya que nunca me había gustado hacer las compras y menos en navidad, eran muchas cosas para mí.

Cuando iba a tomar el último champagne que quedaba, una mano lo tomo por mí antes de poder aunque sea tocarlo, alce la vista y me encontré con unos hermosos ojos caramelo, por un momento me perdí en sus ojos pero luego reaccione y lo logre detallar, cabello castaño oscuro, piel bronceada y unos labios carnosos quienes formaban una encantadora media sonrisa, algo de ellos me pareció conocido.

-Toma, puedo buscarlo en otro lugar.- Dijo extendiéndome la botella, la tome y sonreí tímidamente.

-Eh… G-gracias.- Espete nerviosa, él rio ante mi reacción.

-Jim.- Se presento extendiendo su mano hacia mí.

-Miriam…- Dije estrechando su mano.

-Lindo nombre, para una linda chica.- Me sonroje.

-Gracias…

-Bueno, nos vemos Miriam…- Se despidió con un beso en la mejilla y se desapareció entre la multitud.

Conduje de vuelta a casa pensando en ese chico tan lindo que por casualidad lo había conocido, yo solo deseaba que lo volviera a ver algún día, sería mi día de suerte.

Cuando entre a la casa con las bolsas en mis manos, suspire románticamente y fui a dejar cuanto antes las bolsas en la cocina, para correr hacia mi habitación, pero antes de que pudiera hacer algo, Mallory me detuvo.

-Porque tan feliz, por lo que sé, te habías ido contra tu voluntad.- Dijo enarcando una ceja.

-No es tú problema enana.- Le revolví el cabello y me apresure a subir las escaleras para encerrarme en mi habitación.

Pase toda la tarde arreglándome para la fiesta de navidad que siempre hacíamos todos los años –Sin excepción-, aunque era algo estúpido porque siempre tenía que sonreír hasta que mis pómulos me dolieran y soportar a que muchas ancianas te digan “que linda”, “como has crecido” o “Tengo nietos”, era tan molesto.

Me puse mi hermoso vestido rojo carmesí que acentuaba mi cintura, mis sandalias de tacón negras, me maquille sencillamente y me solté los rollos de mi cabello, dejando caer unos perfectos rulos rubios bien ondulados, tome mi abrigo negro y salí de la habitación.

Podía escuchar los cuchicheos de la gente en el primer piso, me di una rápida mirada en el espejo y baje las escaleras con mi sonrisa hipócrita.

Como les dije antes, todas las ancianas con lo mismo, yo solo asentía y sonreía, mientras mis padres hablaban con sus amigos y mi hermanita con sus compañeritos, yo me senté junto a la gran mesa que estaba llena de comida, tome un poco de champagne y comencé a tomar.

-¡Miriam!- Dijo una entusiasmada voz femenina, alce la vista y me encontré con que era la Sra. Nichols, vecina de enfrente.

-¡Hola…!- Dije siguiéndole el juego.

-Como te ah ido.

-Bien y usted Sra. Nichols.

-Muy bien, gracias Miriam, te quiero presentar a alguien.- Puse los ojos en blanco y sonreí.- Él es mi nieto Jimmy, vino a pasar navidad y año nuevo conmigo, no lo recuerdas.- Claro, ya lo recuerdo, él era el chico que hace 3 años me salvo de unos niños que querían hacerme una broma y también el mismo chico del supermercado, alce la vista y nuestras miradas echaron chispas.

-Jimmy… mucho gusto.- Dije sonriendo, pero esta vez sin fingir.

-Bueno, los dejare para que platiquen.- Anuncio la Sra. Y se fue caminando.

-Porque no me lo habías dicho.- Espete atónita.

-Porque se me había olvidado.- Asentí lentamente.

-Gracias por salvarme, héroe.- Él rio.

-De nada, damisela en apuros.- Puse los ojos en blanco.

Pasamos hablando toda la fiesta, cuando pusieron música lenta me tomo de la mano y me hizo levantar de la silla para llevarme hacia afuera pero se escuchaba la música.

-Me concede esta pieza.- Pregunto cortésmente.

-Claro.- Conteste sonriendo.

Paso sus brazos por mis cintura y yo los míos por su cuello, empezamos a dar pequeños círculos sin dejar de mirarnos, en su rostro se fue formando una encantadora sonrisa que me hizo sonrojar.

De repente empezó a inclinarse hacia mí mirando mis labios con deseo, termine de acortar distancia para posar sus labios con los míos, me apretó contra él y beso comenzó a subir hasta llegar a besarme apasionadamente, sentí que él tiempo se detuvo por un momento y que solo quedamos él y yo en el mundo, hasta que el reloj de la cuidad sonó anunciando que era medianoche, sonreí entre sus labios y me aparte un poco.

-Feliz navidad.- Susurre, el sonrió y volvió a posar sus labios con los míos…

1 comentario:

  1. q bn esta muy bueno has una historia te quedo muy bnme encanta muchos besos

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